Nem todas as cartas de amor são ridículas.
“todo se transforma”
Tu beso se hizo calor,
luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, y luego viento
que em un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en lá mia,
la copa que gira en mi mano
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galáxia,
el amor que me darias,
transformado volveria
un dia a darte las gracias.
Cada uno dá lo que recibe
y luego recibe lo que dá,
nada es mas simple,
no hay outra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
El vino que pague yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino, en Prato,
donde hicieran mi zapato
sobre el que caeria el vino.
Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandálias planas
que compraste aquela vez
en Salvador de Bahia,
donde a outro diste el amor
que hoy yo te delvolveria…
Porque cada uno dá lo que recibe
y luego recibe lo que dá,
nada es mas simple,
no hay outra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
Tu beso se hizo calor,
luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, y luego viento
que em un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en lá mia,
la copa que gira en mi mano
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galáxia,
el amor que me darias,
transformado volveria
un dia a darte las gracias.
Cada uno dá lo que recibe
y luego recibe lo que dá,
nada es mas simple,
no hay outra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
El vino que pague yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino, en Prato,
donde hicieran mi zapato
sobre el que caeria el vino.
Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandálias planas
que compraste aquela vez
en Salvador de Bahia,
donde a outro diste el amor
que hoy yo te delvolveria…
Porque cada uno dá lo que recibe
y luego recibe lo que dá,
nada es mas simple,
no hay outra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
Jorge Drexler / Álbum ECO
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